Parque de aventuras Artamendía

Fecha: 12-Junio-2011

La primera aventura era encontrar el parque. Una pista, otra, está señalizado, pero qué largo es esto??, será aquélla casa, pues no, es un restaurante, ¿esa otra?, pues tampoco, es una granja, se ven vehículos aparcados, ¿no habrá sitio más adelante?, ¿me aparco aquí? ¡Ni de coña!, más vehículos y gente andando, aquí sí parece que se acaba, me paro y dejo pasar al coche de atrás, pero veo que sigue, pues yo también sigo adelante, mejor podré yo que él, un hueco, me aparco, veo gente, tiene que ser esto, veo cuerdas en los árboles. :D

La primera impresión es como estar en un parque de la ciudad, pero con cuerdas, plataformas como las de los videojuegos, y todo, todo plagado de críos. ¿Y dónde está el circuito de los adultos?, pregunto. Al parecer, están juntos, y los niños se atreven con todas las alturas y pasos. Aparte de este circuito, había otro al otro lado de la caseta, con una tirolina más larga, pero al parecer aún no estaba listo.

Al ver a los peques pasar por puentes de troncos, cuerdas, plataformas circulares móviles y todo un complejo de dificultades, uno piensa que si un peque puede, un grande más fácil, ¿no? Eso estará por ver. Pocas personas suben a seguir el trayecto, alguna madre con un hijo, padres creo que no he visto ninguno allí arriba. Sólo los guías que hacen un estupendo trabajo. Resulta sorprendente cómo se sueltan y colocan los amarres los peques, con una soltura como si lo hubieran hecho toda la vida. Y mira que tanto cordal parece complicado!!

La segunda parte de esta presentación sería el concierto ofrecido por el cuarteto Nebari, en pleno bosque de robles, bajo las plataformas por las que aún seguían pasando los intrépidos aventureros.

El concierto ha estado muy bien, y tras no aguantar mucho encima de una mesa (no sé cómo, pero siempre tengo que tener niños cerca que me impiden grabar con la estabilidad deseada), era obligado cambiar de punto de vista. Así que me he dado la vuelta dos veces, me he tirado por el suelo, ya no veía más encuadres posibles salvo el de poner descaradamente la Gopro delante de ellos. Pero he grabado todo con la Sony, me da más confianza con la luz del ambiente.

Y al final, el aperitivo, me anduve listo para grabar el picnic, porque en segundos se acabó. Y también me anduve listo para picar una chistorrita y una rodaja de pan, eso sí, no había problema con el vino, la chica me llenó el vaso casi hasta arriba. Me supo a gloria bendita esa miniatura chistorril con ese vino tinto. El queso ni lo olí, pero mi estómago ya estaba feliz. :D

Como colofón, me bajo al Pozo de las Hiedras, ahí cerquita, para descubrir un pequeño paraíso con una cascada y un chorrito que cae desde un lateral. El color del agua tiende a recordar al Urederra. Ahí sí que haría vídeo con las dos cámaras y exposiciones fotográficas.

Con el abundante material, ahora toca hacer un montaje divertido del evento, a ver si me lo permite mi apretada agenda solidaria. :)

Una fotico de una chica disfrutando con la tirolina